Abril de 2020, la pandemia provocada por el nuevo coronavirus covid-19 ha causado estragos en todo el mundo. En medio del caos un sector que estaba en pleno auge rompió todos los pronósticos de crecimiento y está revolucionando la forma en como adquirimos productos y servicios.
El E-Commerce cada año proyecta un gran crecimiento, en la crisis se ha vuelto hoy en el canal predilecto para tolerar el aislamiento y comprar productos de todo tipo.
Según la consultora Kantar, el 30% de los usuarios actuales de e-commerce son primerizos. Esto indica que la adaptación del hombre y mujer que vivía en «OFF» ha sido muy accesible y sencilla.
Las pérdidas para empresas de diversos rubros es cuantiosa, sin embargo hay quienes han sabido sacarle provecho a la coyuntura y están facturando cifras increíbles. Ya abundan los pequeños e-commerce que venden productos como mascarillas y guantes incluso sin tener un inventario físico (Dropshipping), es realmente rentable por la gran demanda de estos implementos.
Pero sin duda la otra cara de la moneda es el gran volumen de empresarios que no estaban preparados para una crisis de esta magnitud. Cuando un modelo de negocio no se amolda a situaciones «inesperadas» (como la actual) simplemente está destinado a desaparecer con el tiempo, duro pero cierto.
Una luz de esperanza para las empresas
La economía se sigue moviendo. Las operaciones en línea siguen incrementando, y esto no es solo una tendencia, es la revolución del e-commerce y la transición definitiva a la era del comercio digital.
Empresas que aún pensaban en una web como algo «opcional» hoy están solicitando páginas web para mantenerse dentro de las opciones de los clientes, en otros sectores los sitios web informativos se están volviendo transaccionales y los e-commerce están potenciando su arquitectura para darle la mejor experiencia de compra a sus usuarios.
La revolución digital es una realidad. Que comience el juego.
